martes, 7 de abril de 2009

En Abril fiestas populares mil



Si eres un amante de las fiestas populares Sevilla es tu lugar por excelencia. Esta ciudad ubicada en el sureste de España ofrece en primavera sus dos grandes festividades: La Semana Santa y la Feria de Abril.

La Semana Santa de Sevilla es un importante acontecimiento de carácter religioso y cultural que se lleva desarrollando desde el siglo XVI. Una importante festividad declarada de Interés Turístico Internacional.


Los siete días se prolongan desde el Domingo de Ramos, hasta el siguiente domingo, que es el de Resurrección. En este periodo de tiempo, sesenta hermandades repartidas entre los distintos días, hacen procesión de las imágenes representativas de La Pasión de Cristo. Una semana, que porta tras de de sí el trabajo de todo un año, tanto por parte de la ciudad como de las hermandades.


Muchos son los sevillanos que acompañan a las imágenes vistiendo el hábito de nazareno y muchos son los seguidores, y no tan seguidores, que llevan a cabo las distintas tradiciones de dicha fiesta. Dos de las costumbres más destacadas se dan en el Domingo de Ramos. En dicho día es común estrenar una prenda de vestir y visitar los templos, donde se exponen los pasos, ya preparados, para las procesiones de la Semana Santa. Por otro lado, a lo largo de esta semana es también muy común adaptar hábitos alimenticios típicos de la festividad como las espinacas con garbanzos, las torrijas, el bacalao con tomate…



Dos semanas después y casi sin recuperarse de la Semana Santa, comienza la Feria de Abril. Sus orígenes se remontan a 1846 donde tan sólo era un mercado-ganadero, pero es desde entonces cuando se convierte en la fiesta más emblemática de esta ciudad. Un lugar donde las típicas vestimentas flamencas, las innumerables casetas, los farolillos, el flamenco, el buen vino y los toros dejan volar la verdadera esencia que caracteriza a la ciudad de Sevilla.
Una reunión de amigos divida en dos partes bien diferenciadas: el día y la noche. La primera parte, destaca por el Paseo a Caballo hasta el recinto y la segunda, por el flamenco y las copas hasta altas horas de la madrugada.



Dos fiestas tradicionales de Sevilla que se desenvuelven en el aroma del azahar florecido en primavera, dos festividades muy dispares pero unidas por la pasión.

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